Este post de hoy es un poco reflexivo, no os voy a presentar nada en concreto, sólo voy a compartir con vosotras una reflexión que hice la semana pasada después de compartir una tarde con una amiga que tiene 3 hijos pequeños.
Salimos de compras, pero no compras de las que nos gustan, para nosotras. No, compras para los más pequeños y aunque yo ya no tengo que preocuparme mucho por el tema de la moda infantil, mi hija tiene 20 años y ya se ocupa ella sola de esos temas, pero si tengo amigas que tienen aún niños pequeños y precisamente la semana pasada salí de compras con una de ellas.
Las posibilidades que hay ahora para vestir a los más peques son infinitas, no hace muchos años no había tantas opciones, eso sí siguen existiendo esas marcas de toda la vida, de las que yo era muy seguidora como www.condor:es y las que tienen hijos de la edad de la mía seguro que recuerdan los leotardos de esta marca, eran los únicos que mi hija no destrozaba en un día.
La cuestión es que mi amiga necesitaba ultimar las compras de lo necesario para las vacaciones, aprovechando las rebajas y además comenzar con la compra del vestuario de invierno y de toda la ropa del colegio que cada año comienza más pronto la temporada, ya sabéis, chaquetas de colegio, ropa deportiva y como no, una selección de básicos de esos que combinan y van para casi todo.
No sólo nosotras hacemos una rentrée, los más pequeños de la casa también y aunque aún es pronto para pensarlo, ( yo ni siquiera me he ido de vacaciones aún) cuando menos lo esperemos llega septiembre y todos los nuevos propósitos como si de un año nuevo se tratara y los más pequeños no están exentos.
La cuestión es que mi amiga se quejaba del trabajo que le daban los niños y que salían de vacaciones y no sentía que iba a poder descansar. Esto es lo normal de una madre de familia numerosa y trabajadora. Yo también me quejaba y sólo tengo una, no quiero imaginar lo que tiene que ser tener 3 pequeñajos danzando por casa. Hay gente que lo lleva mejor, eso está claro, con esto no quiero decir que todo el mundo se queje sin parar, modo canción protesta.
Pero es lo habitual
Igual que le dije a mi amiga aquel día, lo digo hoy aquí por si te sientes en la misma situación, el tiempo pasa demasiado rápido, diría que vuela. Llega el día que tus hijos dejarán de necesitarte para querer ser más independientes y llegará el día que no te necesitarán para nada.
Cuando llegue ese momento te darás cuenta que pasaste muchos años quejándote de una época maravillosa que se va y no vuelve nunca más.
Por esto mi pensamiento en voz alta y mi consejo a todas las que tenéis niños pequeños, disfrutad mucho de ellos, no os quejéis, porque todas las etapas igual que empiezan terminan y yo francamente echo de menos esa época en la que tanto me quejaba, fue maravillosa y yo no lo sabía.
nice
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